Esta frase (proverbio hebreo) casi siempre se hace realidad y a nosotros nos ha tocado vivirla en nuestras propias carnes desde principio de temporada siempre que hemos participado en nuestra querida Andalucia (no sabemos si las meigas tienen algo que ver).

Y es que desde principio de este año alla por el mes de marzo (a mediados exactamente), en el rali de Ugijar y también en el primer tramo el turbo se rompia y nos dejaba fuera de juego. En el rali de Sevilla, a últimos de marzo no podíamos asistir por culpa de una lesión, en el rali de Sierra Morena en el primer tramo de la 4ª sección (la ultima) se quemo una bobina y se fue al traste la buena posición en la que nos encontrábamos y ahora en Pozoblanco por un capricho de la electrónica nos apea de otro rali de casa.

Lo dicho, parece que las meigas se han mudado de comunidad. Sin embargo en la comunidad vecina todo salió a pedir de boca.

Ahora toca disfrutar del campeonato conseguido en Extremadura, también tierra muy querida por nosotros e ir planificando la temporada que viene.